Puedes estar hablando, riendo y hasta bailando y aun así no recordar nada al día siguiente. No es una exageración, le pasa a cientos de personas cada fin de semana y ni siquiera se dan cuenta mientras ocurre. Lo peor: muchos creen que solo se pasaron un poco sin saber que su cerebro, literalmente, dejó de funcionar como debería.
No necesitas beber una locura para tener un blackout. Dormir mal, mezclar con ciertos fármacos o saltarte la cena pueden ser suficientes para dejar tu mente en blanco. Si quieres saber por qué pasa, cómo evitarlo y cuándo estás a punto de cruzar esa línea sin darte cuenta, sigue leyendo.
¿Qué es un blackout por alcohol?
Un blackout por alcohol es una pérdida de memoria por beber en exceso y de forma muy rápida. Aunque la persona sigue despierta, hablando o bailando, el cerebro deja de registrar lo que ocurre.
Es típico tras noches de muchas copas, como en fiestas universitarias o con chupitos seguidos. Al día siguiente, simplemente no recuerda parte (o nada) de lo vivido.
Diferencias entre blackout total y parcial
El blackout total implica una laguna completa, donde la persona no recuerda absolutamente nada de un periodo concreto. En cambio, el blackout parcial (también llamado fragmentado) permite recuperar algunos recuerdos con ayuda de pistas o conversaciones.
Ambos son señales de un exceso y de los efectos del alcohol en el cerebro, que afectan a la memoria a corto plazo.
Cómo afecta al cerebro y la memoria
Durante un blackout, el alcohol bloquea el hipocampo, la zona del cerebro que se encarga de formar recuerdos nuevos. No es que se olviden las cosas, es que nunca llegaron a registrarse. Si estos apagones ocurren con frecuencia, pueden dejar secuelas permanentes en la memoria, incluso en personas jóvenes.
Causas comunes de perder la memoria por beber
No todos los apagones mentales por alcohol ocurren solo por beber mucho. Hay factores menos conocidos que también influyen y que muchas personas no tienen en cuenta antes de salir de fiesta.
Conocerlos te ayudará a evitar un blackout y mantener el control:
Ritmo irregular de consumo
Beber rápido, parar y luego volver a beber con intensidad desestabiliza al cuerpo más que un consumo constante. Ese ritmo desigual hace que el alcohol se acumule en el organismo sin dar tiempo al hígado a procesarlo. Como resultado, se producen blackouts parciales, incluso con cantidades moderadas. Esto es muy habitual en fiestas con chupitos o bebidas servidas sin medida.
Beber con el estómago vacío
Beber sin haber comido previamente acelera la absorción del alcohol, lo que facilita un blackout parcial o total. El cuerpo procesa el alcohol más rápido y el cerebro lo sufre antes. Una de las formas más efectivas de evitar perder la memoria al beber es comer bien antes de salir y acompañar las copas con algo de comida durante la noche.
Dormir poco o mal antes de salir
Mucha gente desconoce que dormir mal reduce la tolerancia al alcohol. Cuando el cuerpo está cansado, el sistema nervioso responde peor y los efectos se intensifican. Esto hace más probable una pérdida de memoria por beber, incluso si no se ha tomado tanto como en otras ocasiones.
Uso de medicamentos o suplementos
Ciertos fármacos, como ansiolíticos o antialérgicos, potencian los efectos del alcohol en el cerebro. La mezcla altera la percepción y facilita un apagón mental por alcohol. Aunque no siempre se perciba en el momento, al día siguiente es común no recordar partes de la noche. Si tienes dudas, es mejor optar por opciones suaves, como bebidas saludables para tomar en un bar.
Falta de hidratación
No se trata solo de beber agua entre copas, porque si ya llegas deshidratado a una fiesta (por calor, ejercicio o cafeína), el cuerpo absorbe el alcohol aún más rápido. La deshidratación acelera los efectos en el cerebro, favoreciendo la desconexión mental que lleva al blackout.
Una forma simple de cómo evitar perder la memoria al beber es alternar agua con cada copa, sobre todo en eventos largos como un fin de fiesta veraniego.
Señales de que estás cerca de un blackout
- Repites lo mismo varias veces sin darte cuenta: si haces preguntas que ya formulaste o vuelves a contar la misma historia, tu cerebro ya no está fijando nuevos recuerdos. Es uno de los primeros síntomas de blackout por alcohol y pasa incluso antes de sentirte ebrio.
- Tienes lagunas pequeñas durante la noche: si no recuerdas cómo pasaste de una conversación a otra, o de un lugar al siguiente, es probable que estés entrando en un apagón mental por alcohol, aunque el resto de tu cuerpo siga funcionando.
- Estás bebiendo rápido y sin pausas conscientes: el ritmo acelerado es uno de los principales desencadenantes de blackout. Hacer pausas y comer entre copas son trucos para no emborracharse rápido que realmente funcionan. Si estás de tardeo en Madrid, aprovecha los momentos tranquilos para resetear y picar algo.
- Sientes que pasa el tiempo sin darte cuenta: si de repente han pasado 20 minutos y no sabes en qué se te han ido, es otra señal de que estás cerca de un blackout parcial. Esto suele pasar en ambientes sobreestimulantes, como una fiesta de neón o con música muy alta, donde el entorno distrae aún más a tu cerebro.
¿Qué hacer si alguien sufre un blackout?
Si alguien está sufriendo un blackout por alcohol, lo que ves no es lo que está pasando. Puede hablarte, caminar o reírse, pero su cerebro ya no está grabando nada. Está funcionando en modo automático, vulnerable a cualquier peligro, sin que tú ni él lo notéis.
No intentes que reaccione como siempre. Ni café, ni más alcohol, ni frases tipo espabílate. Eso solo empeora el daño. En su lugar, mantén el control tú, llévalo a un sitio seguro, siéntalo o acuéstalo de lado y dale agua si está consciente. Nunca lo dejes solo.
Si ves que pierde el conocimiento, respira raro, no responde, tiene la piel fría o azulada, no esperes a que se le pase. Llama a emergencias. Puede ser intoxicación grave y si actúas tarde, las consecuencias no se borran con una resaca.
¿Cuántas veces más vas a jugártela por una copa de más?
Asusta abrir los ojos y no saber cómo llegaste a casa, con quién estuviste o qué hiciste. No hablamos de una resaca cualquiera. Un blackout es un aviso de que tu cerebro se ha desconectado de ti mientras tú seguías pasándotelo bien.
Y aunque a veces no pase nada grave, ¿cuántas noches más vas a dejar a la suerte? ¿Y si la próxima no despiertas en casa, ni con tu móvil y con los bolsillos vacíos?
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